LA VIDA DE BRUS (POR LAURA VOCAL DE JUVENTUD)
LA VIDA DE BRUS
SEGÚN LOS HUMANOS
EL CRIADOR: La cría de animales es algo que siempre me ha dado mucho dinero. Empecé a criar con tres razas, pero, actualmente crio con ocho. Brus nació el 25 de noviembre, hijo de dos de mis mejores huskies siberianos, campeones de numerosos concursos caninos tantos nacionales como internacionales. Salió una camada bastante buena pero Brus..., Brus era diferente, nació un poco más débil y con el color mas apagado, así que decidí que para el bien de la raza , ese animal debería ser sacrificado.
Su muerte estaba programada para esa mañana, cuando un matrimonio con tres niños vino a mi criadero. Ellos querían un cachorro de Husky, cual fue mi sorpresa al ver que elegían a Brus. Parecía una familia adinerada. Reconozco que no se lo tenia que haber vendido todavía, puesto que apenas tenia 1 mes y aún necesitaba a la madre, aunque ya comía solo alguna cosa blanda. Aun así la codicia me pudo y se lo vendí a muy buen precio, no me preocupaba para nada el bienestar de ese perro.
EL DUEÑO: A mi familia en cuestión económica le iba muy bien. A mi mujer y a mis hijos nunca les había faltado de nada, todo lo que pedían lo tenían. A mis hijos les apeteció tener un cachorro como uno de sus numerosos regalos de navidad, así que fuimos a un criadero, para asegurarme que el perro no tuviera ninguna enfermedad y conocer su buen linaje. A mis hijos tampoco es que les hiciera mucha ilusión, pero bueno. Cuando llegamos vimos las camadas disponibles y nos gustaron los huskies. Yo lo prefería más pequeño porque con 1 mes me parecieron muy grandes, por eso elegí él más pequeño de tamaño.
Cuando llegamos a casa, los niños se peleaban por coger al cachorro, pero esto cambió a la semana de estar el perro en casa, los niños no le hacían ni caso y el perro lo único que hacia era llorar. Pregunté a los niños que si les importaba si me deshacía del perro y no les importó nada, me animaron a hacerlo. Al día siguiente lo llevé a una tienda de animales y me lo aceptaron.
LA DEPENDIENTA DE LA TIENDA: Cuando me lo trajo me dio un poco de pena porque era muy pequeño, pero me acuerdo que pensé que lo vendería pronto. Estuvo menos de dos días porque un joven lo compró.
EL JOVEN: Yo soy un chico aficionado a los concursos caninos, tengo varias razas representativas que ya han ganado diversos y numerosos premios. Decidí adentrarme en el mundo de los nórdicos y cuando vi a Brus..., no se, tuve un impulso que me hizo comprarlo.
Pensé que era muy pequeño de edad pero en realidad lo era de tamaño, yo lo quería un poco pequeño para adiestrarlo en el mundo del espectáculo. Pasaban los meses pero yo no veía que su crecimiento fuera normal, lo veía muy pequeño. A sus 3 meses, lo presenté a su primer concurso. Era de cachorros nórdicos de 1 mes y aunque él tenia 3 meses, por su tamaño, perfectamente pasó por uno de 1 mes. Todo fue bien, ganó el primer premio en este concurso nacional.
Pasaron 4 meses y el perro no llegaba a tener un peso y tamaño totalmente normal para su edad y raza, así, que decidí abandonarlo porque se notaba que era mayor en cuerpo de cachorro. Me fui lejos de mi casa para que no supiera volver. Ya no volví a verlo.
LA PERRERA: A ese perro lo recogimos cerca del vertedero, estaba medio moribundo, se había refugiado junto a una galga a la que sacrificamos ese mismo día porque estaba agonizando a causa de que le habían disparado para que muriera, a él, lo dejamos una semana por si alguien lo quería. En el día en el que se iba a ejecutar su sacrificio, un hombre que iba de vez en cuando pasó a la perrera y se llevó al cachorro.
EL HOMBRE: Yo acostumbro a pasar por las perreras españolas para buscar cachorros o perros que me sirvan para venderlos, ese me pareció una ganga y, lo vendí a buen preció a una tienda de animales en otra ciudad diferente a donde lo encontré, así que lo eché en una caja y lo metí al maletero.
EL DEPENDIENTE DE LA TIENDA DE ANIMALES: A mi no me gusta mucho esa raza, pero, era gracioso, de hecho lo vendí en 2 semanas a un padre de familia de 4 miembros.
EL PADRE DE FAMILIA: Nunca habíamos decidido tener un perro, pero cuando lo vimos nos encaprichamos del perrito que ya tenia casi un año, pero tenia cuerpo de cachorro y eso lo vi positivo. Estuvo con nosotros durante 3 años, pero aunque ya no era un cachorro, seguía teniendo ese espíritu que nos parecía agotador, un espíritu antes animador y agradecido, pero ahora empalagoso y insaciable. Estábamos artos de el, así que, se lo llevé a mi madre al pueblo. Allí vivió encadenado en un patio 10 largos años, hasta que, desgraciadamente mi madre murió. Lo llevé a una protectora de animales para que se hicieran cargo de él.
PROTECTORA DE ANIMALES: Encontramos a ese husky con 10 años atado en la puerta de nuestro albergue. Estaba enfermo y delgado y había dormido bajo la lluvia. Lo metimos en un patio con 10 perros más. Estuvo allí albergado 1 año, por culpa de numerosas peleas con otros perros perdió una pata, tenia numerosas heridas y cicatrices y además, tenia ceguera en un ojo.
Un domingo vino un señor ya mayor, y lo adoptó.
EL SEÑOR: Fui a ver si encontraba a un husky, para criar con mi perra y fui allí porque no me salía muy caro sacar a un perro de allí. Yo quería que montara a la perra y luego devolverlo. Cuando lo llevé con mi perra el perro no la montaba porque le faltaba una pata, y mi hijo me dijo que ya era muy mayor para eso y que faltándole una pata no servia para nada, así, que lo tiré a la calle, yo me preocupé porque una vecina de toda la vida me vio.
LA VECINA: Cuando vi que lo abandonaba se me partió el corazón, pero yo ya tenia muchos perros acogidos y no podía con otro. De todos modos yo lo alimentaba. Así estuvimos casi un año, hasta que conocí la protectora de animales y lo llevé allí.
LA PROTECTORA DE ANIMALES: Brus volvió al albergue, pero ahora con 12 años. Una voluntaria se lo llevó a su casa, para intentar buscarle un hogar, donde lo tubo unos meses, hasta que la chica desarrolló una alergia y lamentablemente lo tuvo que devolver al albergue. Estuvo allí casi dos años. Ahora tenia 15 años. Apenas comía, estaba todo el día en un rincón húmedo y triste, hasta que un día lo mandamos a una protectora de Alemania para que le encontraran una familia. Estuvo en una protectora alemana apenas unos meses, cuando, le encontraron un hogar. Era una pareja, que tenían una confortable casa con jardín. Allí pasó placida y felizmente su vejez. En una cálida casa y con dueños que realmente le querían, tuvo una elegante y ahora sí, feliz muerte. Aunque su historia apenas se conozca, su recuerdo perdurará para siempre en la memoria de los que le queríamos.
HASTA SIEMPRE
S E G Ú N B R U S
Yo nací en un frío día de noviembre, pero mis hermanos y mi madre me daban calor, cuando un día una familia me separó de ellos. Me llevaron a una casa grande. El primer día todos me querían, pero eso cambió pronto. Recuerdo que después me llevaron a una tienda donde me compró un chico que siempre me decía lo que tenia que hacer y me presentó a un concurso, él me trataba muy bien, pero, no se por que, me dejó en la calle y se fue. Yo encontré refugio en un vertedero con una galguita coja la cual se encontraba muy mal. Ella me adoptó como su cachorro. Un día mientras dormíamos, unos hombres nos cogieron y nos llevaron a un sitio donde había muchos perros y era oscuro, triste, húmedo y horrible. Estuve allí unos días hasta que un hombre me sacó y me llevó a una tienda de animales dónde una familia me compró, pero, tampoco sé porque, me llevaron a otra casa donde me encadenaron durante muchos años.
Recuerdo que un día vinieron todos llorando, me cogieron y me llevaron a otro sitio donde había más perros, pero este sitio era mucho mejor, pero aún así era triste y frío. Estando allí todos los perros me pegaban y recuerdo un día en que me acerqué a una tolva para comer, uno de los perros me dijo que esa era su comida y empezó una pelea ahora más grande que nunca, donde perdí mi pata.
Un hombre mayor me adoptó y quería que criara con su perra, pero además de que la perra no quería, yo ya no estaba para esos trotes y, supongo que se enfadó conmigo por eso porque me echó a la calle. Una mujer me alimentó, lo que siempre le agradeceré, y cuando pasó un tiempo me volvió a llevar a ese sitio donde perdí la pata. Yo ya solo quería morirme. Una voluntaria que yo conocía me llevó a su casa, allí estuve muy bien, hasta que no sé por que, con lagrimas en los ojos me devolvió y no volví a verla. Los días pasaban y yo perdía la esperanza de encontrar un buen hogar y un amo que no se deshiciera de mí. Un día me subieron a un camión y me llevaron muy lejos, a un sitio que se hace llamar Alemania. Allí me recibieron muy cariñosamente y me dieron un lugar donde dormir. De repente, en un día de noviembre, justo cuando nací pero varios años después, se puede decir que volví a nacer. Por fin encontré un hogar en el que no se deshicieron de mi. Una pareja me adoptó y ¡¿a qué no sabes que?!,nunca me devolvieron, viví allí felizmente mis últimos días de vida, justo hasta el día en que noté un alivio tremendo, justo el día en el que me dormí y nunca más desperté. Pero no lloréis por mi, llorad por los que en este instante están pasando por lo que yo pasé y ayúdales, por favor, ayúdales.
LAURA
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